¿Qué son las varices?
Las varices son venas retorcidas y agrandadas que a menudo se hacen visibles. Las venas sanas de las piernas tienen válvulas que se abren y cierran para ayudar al flujo de sangre de retorno al corazón: cuando esas válvulas ya no funcionan correctamente, se desarrollan las varices. La sangre fluye parcialmente hacia a las piernas, siguiendo la gravedad, y se estanca en la parte inferior de las piernas, por lo que aumenta la presión venosa.
Las varices son el resultado del mal funcionamiento de esas válvulas, lo que también se denomina reflujo venoso, o insuficiencia venosa. Las varices de las piernas afectan a unos 30 millones de personas en todo el mundo.
La echotherapy es una técnica de tratamiento de las varices con ultrasonido. Múltiples haces de ultrasonido de alta intensidad son dirigidos hacia una zona objetivo: el haz resultante produce energia, lo que genera un aumento de la temperatura en el punto de enfoque – de forma similar a los rayos de sol proyectados en una lupa que concentran el calor en un solo punto. Los ultrasonidos no causan ningún daño a los tejidos circundantes y tienen la propiedad de atravesar la piel con facilidad, por lo que el efecto terapéutico deseado se produce únicamente en el punto focal.
El tratamiento de las varices
Antes del tratamiento, el médico confirma el diagnóstico hablando con el paciente de sus síntomas y su historial, y realizando una ecografía Doppler. Una vez que los resultados de las pruebas han confirmado la conveniencia de realizar un tratamiento por echotherapy, se puede programar la intervención. El día del tratamiento, el médico realiza un control por ecografía, antes de comenzar el procedimiento, y puede prescribir alguna medicación o anestesia local para reducir la ansiedad y el dolor. Se empieza por una fase inicial de planificación, en la que el médico decide exactamente los segmentos de vena que quiere tratar para obtener resultados ideales.
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El tratamiento consiste en una sucesión de impulsos con tiempos de pausa: sucesivamente se emiten impulsos de ultrasonido terapéutico breves, de unos segundos, seguidos de pausas durante la cual la piel descansa y se enfría. Se proporcionan impulsos hasta conseguir el tratamiento de toda la zona objetivo tal y como se planifica inicialmente. Al final del tratamiento, el médico realiza otra comprobación por ecografía. Después del tratamiento los pacientes pueden volver a casa y reanudar sus actividades diarias.
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