Los nódulos tiroideos son, en la mayoría de los casos, tumores benignos (no cancerígenos) que se observan comúnmente en la práctica clínica. En la mayoría de los casos son de pequeño tamaño y están situados a cierta distancia de estructuras sensibles, por lo que suelen ser asintomáticos y a menudo ni siquiera se reconocen. Sin embargo, los nódulos pueden causar síntomas como la sensación de ahogo o, en el caso de los nódulos calientes, el hipertiroidismo (hiperactividad de la tiroides).
¿Necesito tratamiento para mi nódulo tiroideo?
A menudo, los pacientes ni siquiera se dan cuenta de que tienen nódulos tiroideos antes de una prueba de imagen del cuello debido a otros problemas médicos. Estos nódulos asintomáticos y «ocultos» son casi siempre benignos y a menudo se dejan sin tratar. Sin embargo, se suelen realizar revisiones periódicas de seguridad y diagnósticos iniciales para descartar cualquier riesgo de malignidad. Por lo tanto, siempre es aconsejable consultar con un médico si se sospecha que se tiene un bulto en la zona de la tiroides o del cuello.
A veces, los nódulos causan síntomas como presión en la tráquea o garganta, o el hipertiroidismo que requiere terapia. En los pocos casos en que el diagnóstico revela un cáncer de tiroides, las opciones de tratamiento también tienen que ser discutidas cuidadosamente con un médico para evitar que la enfermedad se extienda.
¿Qué opciones de tratamiento no quirúrgico hay disponibles?
Existe una amplia variedad de alternativas de tratamiento para los nódulos tiroideos y la elección del método depende de las características clínicas del nódulo, así como de las preferencias del paciente. La extirpación quirúrgica a menudo ya no es necesaria y puede ser sustituida por opciones de tratamiento más suaves y menos invasivas.
Medicamentos
La medicación, las dosis supresoras de la hormona tiroidea levotiroxina siguen siendo comunes. Sin embargo, estudios y observaciones recientes han aumentado las dudas sobre la eficacia de este enfoque de tratamiento. Se han revelado importantes efectos secundarios, especialmente en mujeres posmenopáusicas y pacientes de edad avanzada. En consecuencia, sectores más amplios de la comunidad médica ya no recomiendan este tratamiento.
Terapia con yodo radioactivo
Para la terapia con yodo radioactivo el paciente ingiere una dosis de yodo radioactivo que es transportado a la tiroides. La terapia se recomienda a menudo en casos de nódulos calientes e hipertiroidismo porque el tejido más activo absorbe más cantidad de la sustancia radiactiva y por lo tanto se destruye. Los estudios han demostrado resultados efectivos con este enfoque de tratamiento. Sin embargo, las mujeres embarazadas o en período de lactancia no son candidatas para esta terapia debido a los posibles efectos secundarios y riesgos de desarrollar cáncer o hipotiroidismo (tiroides poco activa) ya que se destruyen grandes cantidades de tejido tiroideo. En los últimos años ha habido cierta preocupación y debate entre los médicos acerca de los efectos negativos a largo plazo de un tratamiento con yodo radiactivo.
Métodos mínimamente-invasivos
En el último decenio, los estudios se han centrado en el desarrollo de métodos alternativos a los tratamientos tradicionales. Se han desarrollado varias técnicas no quirúrgicas, mínimamente invasivas, que favorecen la ablación de los nódulos tiroideos en lugar de su eliminación. La inyección percutánea («a través de la piel») de etanol ha demostrado ser eficaz para los nódulos quísticos, aunque la aplicación en los nódulos sólidos es limitada debido a la filtración de etanol en los tejidos alrededor del nódulo. Los efectos adversos más graves son la parálisis nerviosa recurrente, el síndrome de Horner o el hematoma del cuello. Los procedimientos térmicos innovadores como el láser, la radiofrecuencia o la ablación por microondas reducen considerablemente el tamaño de los nódulos tiroideos. Aunque todos los procedimientos se consideran seguros, se han observado efectos secundarios transitorios como dolor, hemorragias, formación de hematomas, ruptura de nódulos, fiebre, quemaduras en la piel y alteración de la movilidad de las cuerdas vocales. Algunas de las complicaciones están asociadas a la inserción de una aguja en el nódulo y a la transmisión de calor a los tejidos circundantes.
Terapia no invasiva
La echotherapy es la única opción de tratamiento no invasivo, además del cuestionable tratamiento con medicamentos. La echotherapy trata los nódulos tiroideos benignos con rayos de ultrasonido. Cada rayo individual pasa a través de la piel del paciente y del tejido que rodea al nódulo tiroideo con un bajo nivel de energía. El efecto terapéutico sólo tiene lugar en el punto focal donde se concentran los haces del ultrasonido. Así, sólo se trata el nódulo tiroideo y se protege el tejido circundante sano. Los estudios han demostrado que la echotherapy es un método de tratamiento altamente eficiente y seguro.
Echotherapy para nódulos tiroideos¿Qué terapia es la mejor para mí?
La mejor terapia para usted depende del tipo de nódulo tiroideo y de los resultados de su diagnóstico. Por lo tanto, la consulta individual con un médico especialista es importante para encontrar el mejor tratamiento para usted. Sus preferencias personales también son importantes y debe discutirlo con su médico.