Los nódulos tiroideos están muy extendidos en la práctica clínica. Estos bultos celulares comúnmente benignos que se desarrollan a partir de las células tiroideas se pueden encontrar en al menos el 50% de los adultos mayores de 60 años. Dependiendo de su tamaño y ubicación, los nódulos tiroideos pueden ser asintomáticos o causar síntomas como la falta de aliento o – en el caso de los nódulos calientes – hipertiroidismo (hiperactividad de la tiroides).
¿Cómo se descubren los nódulos tiroideos?
A menudo los nódulos tiroideos se detectan visualmente durante un examen rutinario con ultrasonido. A pesar de que el 50% de los adultos mayores de 60 años tienen nódulos tiroideos, sólo alrededor del 4-7% de los adultos estadounidenses tienen bultos palpables. Por lo tanto, no es raro que los pacientes no sepan que existen nódulos tiroideos pequeños y asintomáticos. Sólo cuando los nódulos se hacen más grandes, causan una enfermedad sintomática o comienzan a ser visibles y palpables, los pacientes pueden notar el bulto ellos mismos.
Diagnóstico de un nódulo tiroideo
Para el diagnóstico y la clasificación de los nódulos tiroideos se pueden utilizar diversos instrumentos de diagnóstico. Los primeros métodos suelen incluir una ecografía visual de la parte delantera del cuello, la palpación y un estudio de la historia médica y los síntomas del paciente. Con esos métodos los médicos obtienen una visión general del tamaño, la ubicación y los síntomas causados por el nódulo. En esta etapa también es común hacer un análisis de sangre para la evaluación de los niveles hormonales, esto puede dar una indicación sobre el funcionamiento de la tiroides.
Es común que el médico haga más pruebas para clasificar el nódulo tiroideo y descartar la malignidad. Por ejemplo, la gammagrafía (exploración nuclear de la tiroides) es muy común. Ésta permite realizar pruebas para establecer si la tiroides funciona correctamente o no. La prueba consiste en que el paciente tome yodo radiactivo. El yodo se acumula en las áreas donde la producción de hormonas es más frecuente.
¿Cuáles son los riesgos de tener un nódulo tiroideo?
El marcador radioactivo permite ver si el nódulo acumula más yodo radioactivo (nódulo caliente), menos (nódulo frío) o la misma cantidad como cualquier tejido sano (nódulo indiferente). Dado que los nódulos calientes casi nunca son malignos, el médico puede decidir suspender las pruebas de detección de nódulos calientes en esta etapa y recomendar el tratamiento adecuado. Los nódulos fríos e indiferentes, en cambio, tienen un pequeño riesgo de malignidad, por lo que es probable que los exámenes adicionales descarten los nódulos malignos. Los médicos pueden utilizar otro tipo de escintigrafía, la llamada escintigrafía MIBI para realizar más pruebas o decidir hacer una biopsia para analizar los tejidos antes de decidir el posible plan de tratamiento.